jueves, 23 de febrero de 2012

EL PP HA GANADO LAS ELECCIONES

Fueron el 20 de noviembre de 2011, pero no ha sido hasta que la izquierda ha asomado la patita por la puerta de la "#primaveravalenciana" que nos hemos dado cuenta de que el Partido Popular ganó aquellas elecciones generales.

Con su habitual mal perder ya manifestado en pretéritas ocasiones, la izquierda hace patente en la calle que no está dispuesta a asumir el papel de oposición que las urnas le han conferido. Nada más lejos, se cobrarán en la calle aquello que no pueden alcanzar en el sufragio.

En definitiva, y abordando el fondo del escrito, con el tumulto formado en el instituto valenciano Luis Vives a cuenta de unas reivindicaciones de los estudiantes, se ha formado una trifulca que ha degenerado, como no, en política.


Más allá de la necesidad y proporcionalidad de la intervención policial o las órdenes dadas por la Delegada del Gobierno en Valencia, cuya dimisión se exige, no hay derecho, a que, con malicia y premeditación, se cerquen, como en las vísperas de las elecciones del 14 de marzo de 2004, las sedes del PP. Es sencillamente bochornoso, impúdico, desvergonzado y antidemocrático, el acoso al PP y su señalamiento como culpable, de unos hechos que le son ajenos, y que están promocionados, motivados y amparados al abrigo de una izquierda incapaz de asumir que ahora no les toca gobernar. Por algo es.

miércoles, 15 de febrero de 2012

EL ABRAZO DE SEVILLA

El Abrazo de Sevilla

El "Abrazo de Vergara", escenificación entre los comandantes de las tropas isabelinas y carlistas acaudilladas por Espartero y Maroto para poner fin a la primera guerra carlista, fue, en la historia de España, el punto y aparte de otras dos guerras civiles más a causa del mismo pleito.

En el 38 congreso federal del PSOE en Sevilla recientemente cerrado, Rubalcaba, nuevo Secretario General del partido, cedió la presidencia del mismo a José Antonio Griñán. Se sabía que Griñán apoyó y pidió el voto para Carmen Carme Carma Chacón, que se escribe según donde le coja. Pero... las elecciones andaluzas están a la vuelta de la esquina (25 de marzo), y ante la previsión de perder el último bastión de los "irreductibles galos", Rubalcaba decidió que era necesario proyectar una imagen exterior de apoyo al Presidente de la Junta de Andalucía, también derrotado en el congreso.

Lo malo es que, como el de Vergara, el abrazo de Sevilla no supuso el cierre y cicatrización de las heridas internas, sino que como aquél, fue el preludio de una nueva guerra. En este caso, el PSOE de Andalucía es un polvorín a pique de estallar y la mecha parece haber prendido en Sevilla, con la dimisión del Secretario General del PSOE en la provincia hispalense, José Antonio Viera CHACÓN, a pocos días de las elecciones. Y es que, aunque comparta apellido con la otra candidata del 38 congreso, éste apoyó a Rubalcaba. Algo que no le ha sido disculpado, y por aquello del follón de la confección de las listas al Parlamento, finalmente, acabó en dimisión del secretario general sevillano, y la constitución de una gestora.

El PSOE andaluz, es un partido en evidente descomposición, espejo de la división que se vivió en el PSOE federal, y mucho se ha de temer que, o el PSOE revalida su poder en Andalucía, o el Partido Socialista acabará desgajándose como un melón, en una época en que los españoles, a través de las urnas, le han dado el más severo varapalo que se puede aplicar a una formación política. La práctica desaparición en el poder.

domingo, 12 de febrero de 2012

APOYO AL TRIBUNAL SUPREMO

Al igual que existe una "Plataforma de Apoyo al Juez Garzón", considero, que dados los ataques totalmente injustificados e infundados, productos de la manipulación y del odio y revanchismo que aún, por tristeza, reside en muchos españoles, debería de haber un apoyo de instituciones públicas, partidos políticos y por supuesto, sociedad civil, hacia el Tribunal Supremo.

Porque los siete magistrados que integraron el tribunal que falló unánimemente en la causa y procedimientos abiertos al juez Garzón por las escuchas ilegales, se limitaron a cumplir su función profesional y constitucional. La sentencia promulgada, es inmaculada e impoluta desde el punto de vista del Derecho. Y el juicio se desarrolló con toda la clase de garantías procesales propias de un Estado de Derecho y de todo un Tribunal Supremo.

El hecho de que ahora, los partidarios de Garzón, aduzcan miles de motivos por los que consideran injusta la sentencia, no hace sino revelar su auténtica identidad de totalitaristas y antidemócratas, puesto que sólo la "justicia" que ellos predican es la que vale. En caso contrario te acusarán de fascista.

Es una vergüenza impropia de un diputado, que tanto Gaspar Llamazares como Cayo Lara, hayan dicho que "ni acato ni respeto la sentencia", y "la justicia se ha quitado la venda", respectivamente. Simplemente intolerable por venir de aquellos que en principio se les supone salvaguarda del imperio de la Ley. Es intolerable igualmente, las manifestaciones de "manipulados" que no "indignados" en la Puerta del Sol. Es inasumible, que ciertas personas favorables a Garzón, reputen "decimonónica" y "anacrónica" a la Ley de Enjuiciamiento Criminal, por, según ellos tener su origen en el siglo XIX. Esta Ley, es con la que se articula el procedimiento penal por el que se juzga a todos los españoles. Lo que reivindiquen para Garzón, que lo hagan para los demás.

La portavoz del Consejo General del Poder Judicial, que en TVE dijo que le parecían deplorables las críticas, infundadas, que está recibiendo el TS, están cargadas de razón, porque no se puede acusar de fascistas a unos magistrados de intachable carrera judicial que únicamente cumplen con la función jurisdiccional para la que sirven al Estado.

Nadie se alegra, al contrario de como dice la hija de Garzón en carta abierta publicada en periódicos, de la condena de un magistrado de la Audiencia Nacional, por el peor delito por el que pueda ser condenado un juez. Prevaricar. Dictar resoluciones contrarias a Derecho, a sabiendas de su injusticia. Simplemente, porque es contraproducente y poco ejemplarizante semejante conducta en un magistrado. Pero el imperio de la Ley es común a todos.

No podemos martirizar públicamente a un absuelto por la justicia, como Francisco Camps, y sin embargo, ensalzar y encumbrar a una persona, que ha sido condenada por el TS.

Por tanto, y en consecuencia, es de justicia apremiante la restitución de la fama y el crédito desvirtuados por algunos, para con el Tribunal Supremo. Que respeten aquellos que se dicen demócratas, de izquierda, y todo lo demás, el pronunciamiento de los jueces. Que no envenenen bajo falsos presupuestos la modulable opinión pública, con mentiras intencionadas. Y es que está en juego el Estado de Derecho mismo.


jueves, 2 de febrero de 2012

POLISEMIA DE LA PALABRA MATRIMONIO


Como consecuencia de la reforma que posibilita contraer o disolver el matrimonio vía notarial, conviene en primer lugar a efectos de delimitar y deslindar conceptos entrar en el análisis de la polisemia de la palabra matrimonio. Distingamos. Primero. En el catolicismo, sacramento por el cual el hombre y la mujer se ligan perpetuamente con arreglo a las prescripciones de la Iglesia. Segundo. Civilmente, unión de hombre y mujer –desde 2005 también homosexual- concertada mediante determinados ritos o formalidades legales. 

¿Por qué mezclamos entonces las churras con las merinas?. ¿Qué importan estas modificaciones que además inciden en la forma y no en el fondo del matrimonio?. El matrimonio que regula el Código Civil, y por tanto el Estado, debido a la consustancial tradición cristiana en España, y por otros diversos motivos que no vienen al caso, toma el nombre del sacramento, pero nada más. Es una institución distinta que discurre por los cauces legales públicos. El matrimonio que articula el Código Canónico, y por tanto la Iglesia Católica, es otra cosa. Éste sí reúne las condiciones de indisoluble, entre hombre y mujer, necesariamente abierto a la generación de la prole, etc. Con lo que hecha esta distinción, si los cónyuges deciden divorciarse, o los contrayentes casarse, desde el estricto punto de vista civil ¿Qué inconveniente hay?. ¿No será mejor que dos personas que libremente y sin perjuicio de terceros y que han decidido vivir o dejar de vivir juntos lo puedan hacer sin traba alguna? ¿Será mejor hacerlo con celeridad?.

Un matrimonio civil no debe de suponer mayor consecuencia para la administración que lo ampara que los propios efectos jurídicos que de él se deriven. Nada más. Para fe, religiosidad, gozo e incluso pompa, los creyentes tenemos el matrimonio como sacramento de nuestra Iglesia Católica. Por tanto, y a resultas de lo expuesto, considero oportuna toda regulación que vaya en la línea de simplificar y agilizar actos y negocios jurídicos, incluido el matrimonio que recoge el Código Civil, y su disolución.

Personalmente redacta y firma esta opinión el Vpte. de "Constitución y Libertad".