miércoles, 24 de octubre de 2012

EL DÍA DESPUÉS


Por más que los resultados de las elecciones vascas y gallegas fueran en esta ocasión, bien predichos por las encuestas, no por ello nos dejan huérfanos de consecuencias interesantes y que para el que suscribe son entre otras las siguientes:

Empezando por Galicia extraña que finalmente unas elecciones de este tiempo de crisis no se hayan convertido en plebiscito de la política del Gobierno. De ser así poca explicación tendría que el PP haya conservado e incluso ampliado su mayoría absoluta en esa tierra. Mientras que los sondeos de intención de voto muestran a nivel nacional un abandono progresivo del apoyo del electorado al partido de Mariano Rajoy, Alberto Núñez Feijoó se supera a sí mismo y logra ser el único presidente que aguanta el embate de la crisis y además ve reforzado su poder. Hay que decir en su favor que algo habrá hecho bien para obtener este resultado tan positivo. Por otra parte es la segunda vez que le salva los muebles a Mariano Rajoy, puesto que en 2009 y tras el convulso Congreso de Valencia de 2008, contribuyó con su primera mayoría absoluta a relanzar la carrera política de Rajoy hacia la Moncloa, en entredicho hasta entonces. Se desprende otra consecuencia de la victoria del joven político gallego, y es que quizá, otro Alberto, Ministro de Justicia a la sazón, vea ahora nieblas en el horizonte límpido desde la dimisión de Esperanza Aguirre a suceder a Mariano Rajoy como Jefe de Gobierno. Aunque él lo niegue.

Por su parte, el PSOE de Galicia no ha sabido rentabilizar electoralmente el desgaste lógico que cuatro años de gobierno en plena crisis podrían haber socavado la imagen del ejecutivo gallego. Se juntó el hambre con las ganas de comer para el candidato Pachi Vázquez. Un PSOE que cae en barrena y una más que cuestionable idoneidad del candidato socialista a la Xunta.

Xosé Manuel Beiras, histórico dirigente del BNG que esta vez se presentaba bajo otras siglas, AGE, Alternativa Galega de Esquerdas en coalición con IU de Galicia, nos demuestra el grave esfuerzo que han de hacer algunos políticos para retirarse de “la vida de servicio público”. No se os puede dejar solos debió de pensar el nacionalista gallego, que se resiste al igual que otros políticos como Manuel Chaves, Alfonso Guerra… a retirarse a su casa.

No niego que Mario Conde sea una persona inteligente. De hecho seguro que es inteligentísimo. Pero debería haber valorado dos problemas que seguramente hayan propiciado su raquítico resultado electoral. El primero es que no se puede hacer un perfecto análisis y diagnóstico del porqué los pequeños partidos políticos se dan de bruces con la ley electoral, y arremeter contra ella con más fe que el Alcoyano. En este caso su reino no debería de haber sido de este mundo. El segundo es que en la política española, a pesar de las enormes tropelías que se cometen, tampoco es la Legión. “Cada uno será lo que quiera, nada importa su vida anterior” que reza el himno de la Legión. Desgraciadamente para él su turbia historia reciente sigue estando presente para muchos españoles.

Entrando ya en las tierras del otrora Dios, Patria y Fueros, en el País Vasco; se ha visto consumado el pésimo augurio de la germinación brutal del pelele político etarra, Bildu. Como en el juego que se enseña a los niños con los dedos de la mano (este dedito se fue al mercado, este dedito compró un huevo, este dedito lo cocinó, este dedito le puso sal, y este dedito se lo comió) se podría decir que Zapatero negoció con ETA, que la Fiscalía por cuestiones jerárquicas miró para otro lado en alguna ocasión en que había que ilegalizar a algún partido, que el Tribunal Constitucional bautizó a Bildu en las aguas del Jordán de la política, etc. y de aquellos polvos estos lodos. No nos engañemos, aunque no haya violencia, un partido político que pida la secesión de un territorio de España debería de ser ilegal per se.

Poco le ha durado la Lehendakaritza a Patxi López, que vuelve a ser Patxi “Nadie” como le apodaban antes de asumir el cargo, hito que con el tiempo se ha demostrado inexplicable dadas las circunstancias de su impericia. Ha demostrado ser la oquedad, la vacuidad, lo insulso, lo soso, lo anodino, lo naíf… el anticarisma a fin de cuentas. Algunos le auguraban la sucesión al propio Pérez Rubalcaba. Bien harían en el PSOE en mantener al químico con tamaña perspectiva de futuro. Sí hay que decir en su favor, que al menos, algo más de tranquilidad hemos tenido durante estos años.

Dudo mucho que a Íñigo Urkullu, vencedor pírrico (de 30 a 27 escaños) de las elecciones vascas le haga especialmente gracia pactar con Bildu. De Sabino de misa diaria y vizcaíno berroqueño a guipuzcoano de palestina al cuello dista un mundo. Cierto es que conectan en independentismo. Pero también es cierto que al PNV le ha salido competencia en su propio nicho de mercado. Ojo que la hegemonía nacionalista del PNV está en serio peligro.

Aquí el Partido Popular de Basagoiti y Oyarzábal tiene una papeleta bien distinta a la de Núñez Feijoó en Galicia. Han sucumbido allí donde eran fuertes y siguen en su decadencia electoral y probablemente y como causa de aquélla, ideológica. Sería positivo invertir dicha tendencia con un cambio personal y de revigorización ideológica. Santiago Abascal bien podría encarnar ambas pretensiones.

En España aire para Rajoy a pesar de Basagoiti. Rubalcaba por su parte debe mirar a Chacón y pensar aquello de Hannibal ad portas. Cartago reúne para la causa a cada vez más personajes del PSOE.


Fdo: Manuel Caro

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