DE LA SUCESIÓN DE ZAPATERO

Si fuera mentira que, tal y como se asegura por ciertas personalidades y medios de comunicación que, Zapatero no va a optar a la reelección como Presidente del Gobierno ya sea en 2012 o antes, seguir leyendo este artículo sería una pérdida de tiempo.

Sin embargo, se ha extendido el rumor, más o menos fundado, de que Zapatero anunciará el 2 de abril que no se presentará de nuevo (Dios lo quiera).

Partiendo de la validez o certeza de esta premisa se plantea, como es natural la siguiente pregunta: ¿Qué va a pasar?. Y como Zapatero es Presidente del Gobierno y Secr. Gral. del PSOE habrá movimientos en ambos.

De cara al Gobierno, que es lo que más nos importa a todos los españoles, creo que tanto por estética, como sobre todo por ética, Zapatero debe de dejar de ser Presidente del Gobierno y presentar su dimisión. No es aceptable que un señor que renuncia a ser Presidente del Gobierno por su manifiesta ineptitud e incompetencia y por su carencia de confianza ante el pueblo, Europa y el mundo siga un minuto más como jefe de Gobierno. Si Zapatero dimite, no es porque él no quiera acudir voluntariamente a las elecciones generales, sino porque no le dejan, y no le dejan porque no tiene confianza bastante para atraer el voto, y no atrae el voto porque es un inútil.

Por otra parte, el PSOE, dadas las encuestas que son públicas y que vaticinan un "crack" electoral sin parangón en España, por propio instinto de supervivencia debe de mover ficha. El tiempo de vender humo se ha acabado, hay muchos españoles descontentos con la labor de Zetapé, y por tanto el batacazo está asegurado. ¿Qué podemos hacer?. Paliarlo. ¿Cómo?. Cambiando de cabeza de cartel. ¿Quién lo será?. Ahí está la disyuntiva.

¿Optamos por echar mano del felipismo y ponemos a Rubalcaba?. Será lo más probable porque es un perro viejo, y además un zorro, si hay alguien en el PSOE con capacidad para amortiguar la sangría de votos es él. Por otra parte se dice que Rubalcaba es visto con recelo por el partido (no así por algunos barones, sobre todo el castellano-manchego y el extremeño, que ven en él, al menos, la vuelta al PSOEspañol). También juega en su contra sus chanchullos al frente del Ministerio del Interior como el Caso Faisán, el SITEL, el 11-M, etc. Además está ya viejo y su salud se ha resentido últimamente. Supondría, desde otro punto de vista, una involución en el PSOE, puesto que se pasaría del felipismo, al zapaterismo, y de éste, vuelta al felipismo sin que nada nuevo emerja bajo el Sol. Un mensaje muy triste.

Echar mano de un político como Rubalcaba representaría una grave involución para el PSOE, además de un despropósito

González, Zapatero y... Rubalzález

¿Podríamos en cambio darle el mando del timón a Carmen Chacón?. Sin duda querrá postularse porque cuenta con el poderoso, ahora venido a mucho menos, PSC. Es más del zapaterismo que del felipismo, y es una figura a tener en cuenta, no por su valía, sino porque llegado el bis a bis con Rubalcaba, podría aglutinar para sí el voto anti-Rubalcaba. Contras: Está muy verde, no tiene la imagen de hombre de Gobierno de Rubalcaba, es pseudo-separatista, seguro que no va a contar con apoyos en el Sur de España.

¿Podría haber un tapado?. No piensen en Pepiño, y creo que tampoco en José Bono, sino más bien en Juan Fernando López Aguilar, un "terceraviísta" en el exilio y apestado porque simplemente valía más que Zapatero. Aunque con pocas probabilidades, podría ser el momento de Bernardino León.

Pero... por otra parte ¿quién ha dicho que vaya a haber primarias?. Seguro que intentarán evitarlas, ya se sabe, dilación de plazos, purgas intestinas... a Rubalcaba es al último al que le convienen las primarias.

En cualquier caso, la lección que podemos sacar de todo este embrollo, es, que un Gobierno y un partido que está preocupados por el futuro de su líder y por las elecciones municipales y autonómicas del 22 de Mayo, no son aptos para conducir a España, y menos aún, en estos momentos.

Por el bien de todos, Zapatero debería de dimitir al igual que ha hecho Sócrates en Portugal, y convocar elecciones para que los españoles digamos qué cirujano queremos que nos opere en tan delicado momento.