Desde que fuera aprobada por Las Cortes en sesiones plenarias del Congreso de los Diputados y del Senado celebradas el 31 de octubre de 1978, ratificada por el pueblo español en referéndum de 6 de diciembre de 1978 y sancionada por S. M. el Rey ante Las Cortes el 27 de diciembre de 1978, la Constitución Española se ha visto inalterada, al menos en su letra, desde las fechas anteriormente rememoradas.
Sin embargo, ante el momento de profunda depresión económica que estamos viviendo y que amenaza con arreciar, desde el Gobierno se ha propuesto que se modifique la Carta Magna, para de esta forma, limitar constitucionalmente el déficit de las administraciones públicas.
Dejando aparte que ésta fue una medida que ya propuso el Partido Popular en su momento y que contó por entonces con el desprecio total y absoluto del Gobierno que ahora lo impulsa y del partido que sustenta al mismo, el PSOE, vamos a hacer una valoración de tan importante acontecimiento, puesto que sería, caso de producirse, la primera variación de la Constitución del 78.
Quiero empezar con la valoración POLÍTICA de la reforma que se va a hacer. En palabras de la Vicepresidenta y Ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, la reforma, tendrá por objeto, además del resultado funcional de la misma, que es acotar las desmedidas cifras de déficit con que las administraciones públicas se han acostumbrado a vivir, dejando por el camino regueros de cadáveres empresariales y sociales por impago a proveedores, servicios, etc. NI CORTA NI PEREZOSA la Vpta. del Gobierno, ha dicho por su boca en la Cadena SER que la reforma también está en el camino de tranquilizar a los mercados.
Queridos lectores del blog. Si yo fuese militante o simpatizante socialista, o simplemente, como persona con ideología de izquierdas, me daría vergüenza pero también rabia, el ver como un gobierno, sobre el papel de izquierdas, va a acometer la primera reforma de la CE en 33 años "para generar confianza y dar tranquilidad a los mercados". ¿Es que nadie se ha parado a pensar en lo indignante y humillante que es que en una Constitución, que es fruto de la más profunda soberanía nacional, haya que introducir la primera modificación porque lo piden los mercados?. ¡Los mercados!. Sí señores, el rancio capital, la especulación que sobrevuela como buitres insaciables e irresponsables la deuda pública española e internacional. Pues, señores socialistas e izquierda en general, para éstos, para los que nos despluman a todos los españoles subiendo día a día, sin pensar en nada más que sus asquerosos bolsillos llenos de nuestro dinero, es para los que el Gobierno va a reformar por vez primera en su historia, la CE del 78.
No vayan a creer que la reforma tiene por objeto demandas inmemoriales del pueblo español como es la consecución de un sistema electoral más justo que se ve lastrado por las circunscripciones electorales provinciales, en lugar de nacionales, o por el sobredimensionamiento de las administraciones locales como las CC.AA. o el cachondeo que hay entorno a Fiscalía General del Estado o Poder Judicial donde los políticos hacen de su capa uns sayo. No, lo primerito son los dineritos de los sinvergüenzas que nos están subiendo el recibo eléctrico, el combustible, que bajan el sueldo a los funcionarios, que congelan las pensiones, que encarecieron la vivienda a límites astronómicos, que nos tienen en 5 MILLONES DE PARADOS. ¡A ésos son los que cuida el gobierno del PSOE y de Zapatero!. En su tranquilidad y confianza piensan, no en el bien común.
Desde el análisis JURÍDICO, la reforma constitucional, según se plantea, se antoja un verdadero paripé para así aparecer ante nuestros dueños, Francia y Alemania, como los buenos de la clase, primeros en reforma su sacrosanta constitución por mor del capricho de Merkel o de Sarkozy, muy listos ellos, qué duda cabe. ¿Por qué? Porque el verdadero tipo de déficit se fijará mediante Ley Orgánica y no específicamente en la Constitución. Conclusión, cada Gobierno cambiará la barrera de déficit a su mera voluntad.
Por último desde el punto de vista ECONÓMICO, ésto promete ser otro brindis al Sol en una situación en que "los mercados" son ajenos a cualquier mensaje de tranquilidad o confianza, puesto que sólo van a rapiñar todo lo que puedan y a exprimirnos con sus intereses hasta que nos sequen.
El déficit en las cuentas públicas es de perogrullo que es algo a eliminar. Puesto que nadie puede gastar más de lo que ingresa, y éso que es tan sencillo y que lo sabe hasta un niño de primaria, es algo que los políticos, en su afán electoralista, han obviado para, dejando las arcas en la bancarrota, obrar con el dinero público cosas útiles, sí, pero también, auténticos disparates. Por tanto, debiera ser el sentido común del gobierno y también del votante, quienes apuntaran a una política presupuestaria seria y razonable, que a la postre, es lo único sostenible.