Una vez más, y esta deber ser como la enésima, las víctimas
de ETA se dan cita para, junto con todos aquellos españoles de bien que deseen
estar presentes, reclamar justicia y dignidad. Es claro y patente que el asunto
en cuestión es muy loable y necesario, faltaría más, pero no es menos cierto
que hay que tener claro a quién se le reclama.
Esto es justo a lo que me vengo a referir con la
manifestación acaecida este Domingo día 27 en la Plaza de Colón en Madrid. Convocaba la AVT , encabezada por su presidenta, Ángeles
Pedraza, victima de ETA, y por tanto, todos mis respetos; pero fue esta señora
la que, en un afán de criticar, a mi entender, lo poco bien y lo mucho mal que
se ha hecho en los últimos años en la lucha contra el terrorismo, olvido darle
a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar. Porque si bien fue Zapatero,
mayor culpable y antipatriota que haya dado la historia de España, el que con su ansia de
negociación trazó la hoja de ruta de lo que hoy ha desembocado en el bochornoso
pisoteo de la soberanía Española en cuanto a la lucha terrorista, no es menos
cierto que otros gobiernos como el actual, sea por omisión o quien sabe, ha
puesto en bandeja que tal hecatombe se consume.
La señora Ángeles Pedraza , como ya he dicho,debía haber sido justa si reclamaba justicia, y no lo ha sido. Es más, ha dejado patente su claro
servilismo torticero a aquellos que también tienen culpa en lo que esta
reclamando, y ella sola se ha puesto una venda conscientemente, venda que los
que allí nos dábamos cita hemos podido vislumbrar claramente, y que no ha
servido si no para acrecentar el recelo hacia las asociaciones de víctimas,
que, sinceramente deberían, a estas alturas, tener altura de miras si de verdad
quieren defender la dignidad de sus muertos.
José Luis Martínez Padilla
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