lunes, 4 de febrero de 2013

I'M NOT A CROOK


No soy un chorizo. Acertó a contestar el 37 Presidente de los EEUU de América, Richard Nixon, envuelto entonces en plena vorágine del escándalo Watergate que a la postre le costara el puesto y el “impeachment” en 1974.


En un caso de corrupción de distinta naturaleza se haya incurso el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a raíz de la publicación de las anotaciones contables del imputado ex tesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, por el diario El País. Si bien la existencia de las mismas fue previamente llevada a portada por El Mundo. Desde entonces todo han sido noticias de supuestos cobros de sobresueldos en “B” por altos cargos del PP además de una sospecha de irregularidad en la financiación del partido.

Así las cosas Mariano Rajoy decretó la ley del silencio hasta que se celebrase un Comité Ejecutivo Nacional extraordinario. Este tuvo lugar el sábado pasado, y al cabo del mismo, el Presidente del Partido Popular, sin admitir preguntas de los periodistas, negó frontalmente el haber participado de un cobro o reparto de dinero negro.


Por si fueran pocos los casos de corrupción que aquejan a la política y por ende a la sociedad española, este último ha venido a golpear en la línea de flotación de una nave que se llama Partido Popular. Es el partido más grande de España por número de afiliados, y lo que es más importante, es el partido que ostenta la mayoría absoluta en ambas cámaras legislativas y que a su vez sustenta al Gobierno. Por lo que los hechos acaecidos, de confirmarse su veracidad, supondrían un escándalo de tales dimensiones que arrastrarían consigo tanto al Gobierno, como al Partido Popular así como muchos de sus dirigentes y, en consecuencia, a la propia gobernabilidad de España.

En opinión del que suscribe, no considero a Mariano Rajoy una persona que haya podido incurrir en las conductas a las que apuntan esa supuesta contabilidad de Luis Bárcenas. Honestamente, pienso que son muchos los defectos que pueden predicarse del Presidente del Gobierno, pero me cuesta pensar que la corrupción y el ansia de dinero estén entre ellos. No obstante, a estas alturas, tampoco se me podría pedir que pusiera la mano en el fuego por su inocencia, puesto que no lo haría. No deseo que se confirme la sospecha extendida ni sobre Mariano Rajoy, ni sobre el resto de los políticos afectados, puesto que supondría el acabose en cuanto a la ya frágil relación sociedad-política en España y abriría un problema de confianza difícilmente remediable y de consecuencias aún por conocer.

No obstante, la sombra de sospecha que pende sobre el Partido Popular sí cabe achacarse en parte a la negligencia con que este partido ha tratado con anterioridad otros casos de corrupción política en su propio seno. Cabe citar, que aunque los casos de corrupción en las diputaciones de Orense y Castellón, ambas presididas por los populares Baltar y Fabra respectivamente, eran de público conocimiento rayando el escándalo, poco o nada se hizo hasta que el problema era ya imposible de tapar. Igualmente, no colabora en el sentido de sostener las tesis de transparencia y ejemplaridad del Partido Popular, el hecho de que el principal implicado en este asunto, el ex tesorero Luis Bárcenas, aún después de ser imputado por su posible participación en la famosa trama “Gürtel”, mantuviera despacho en la sede de Génova del PP, así como secretaria y coche oficial.

Desgraciadamente, son ya muchos los indicios y las experiencias de corrupción mal llevadas, las que no contribuyen a mantener esa virtualidad de presunción de inocencia sobre los políticos incursos en escándalos de este tipo. Pero es que además, la UDEF, Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal, adscrita al cuerpo de Policía Nacional, da la puntilla a todo esto y revela que la Ministra de Sanidad, Ana Mato, también salpicada por los asientos contables de Bárcenas, aceptó de las dádivas ofrecidas por los imputados de Gürtel.

Con este clima, el Partido Popular en encuestas de última hora pierde la mitad de su apoyo electoral un año después de su victoria aplastante.

Cabe plantearse, cómo no, el origen de esta filtración. Si en un primer momento parece lógico pensar que sólo el poseedor directo de unos documentos puede ser el que los libre a su público conocimiento, no han faltado periodistas, como es el caso de Federico Quevedo, que apuntan a una posible maniobra de Esperanza Aguirre con el fin de acabar con la carrera política de Mariano Rajoy y auparse al puesto que dejaría vacante el mismo.

En cualquier caso, sí será un asunto este de difícil solapamiento, puesto que el mismo jefe de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha pedido algo tan serio como la dimisión del Presidente del Gobierno por este motivo.

Nadie sabe cómo concluirá este asunto. Pero en cualquier caso, sí es el momento, por imperiosa necesidad material y ética, de producirse un punto de inflexión que libre de ponzoña y corrupción a la política en España.

Fdo: Manuel Caro

1 comentario:

  1. En cualquier caso, tanto si ha sido choriceo puro y duro, como si ha sido un movimiento interno de traición o cualquier otra maniobra dentro del partido político, lo cual en su conjunto ya denota desidia y mala fe, no hay manera de cogerlo, es decir que estamos ante una vergüenza a escala nacional y que da, sin lugar a dudas, de lleno en lo que significa la linea de flotación del propio sistema democrático.

    Lo peor que puede hacer en un caso como este es ampararse en la legitimidad de los votos, incluso en la confianza de los propios simpatizantes. Yo si que pongo la mano en el fuego que si los votantes, entre los que no me incluyo, hubieran sabido lo que se estaba gestando, otro gallo hubiera cantado.

    Ahora se critican unos a otros y luchan por ver quien ha sido más corrupto que el otro, pero sin embargo lejos quedaron en estos 35 años que llevamos de democracia los Pactos de Estado en materias claves como la que nos ocupa, que de haberse abordado en tiempo y forma no estaríamos hablando en estos momentos de estas barbaridades que se cometen al amparo de la democracia.

    Ahora me despido recordando a De Cospedal: "que cada uno aguante su vela",

    P.D: Claro que ella no se da cuenta que la vela de cada político la aguantan los que lo votan.

    Un saludo

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