Ante la nueva renovación del Tribunal Constitucional, vuelve a reabrirse la polémica sobre la politización del Tribunal encargado de velar por el cumplimiento de nuestra Carta Magna.
La renovación del último tercio del TC ha colocado a los magistrados Enrique López, Pedro González-Trevijano, Santiago Martínez Vares y José Antonio Xiol, lo que conlleva que la mayoría de los magistrados del TC sean de signo “conservador”, invirtiéndose la tendencia anterior, de tener siete magistrados “progresistas” y cinco magistrados “conservadores”, con la renovación pasa justamente a ser al revés.
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| Fotografía: abc.es Enrique López, propuesto por el Gobierno |
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| Fotografía: abc.es Pedro González Trevijano, propuesto por el Gobierno |
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| Fotografía: abc.es Juan Antonio Xiol Ríos, propuesto por el CGPJ |
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| Fotografía: abc.es Santiago Martínez Vares, propuesto por el CGPJ |
Que el TC debe renovarse cuando sus magistrados cumplen la etapa para la que fueron elegidos, es algo que no podemos discutir, que la renovación le tocaba hacerla al Gobierno y al CGPJ tampoco podemos negarlo, el problema está en que a los magistrados del TC se les ponga el calificativo de “progresistas” o “conservadores”, algo sin lugar a dudas lamentable, pues los jueces no deben atender a sus ideas políticas a la hora de pronunciarse sobre temas tan trascendentales como son los que se resuelven en el Constitucional.
Una justicia independiente es algo que todos los españoles queremos, pero ¿Por qué no es así? Ahora toca decidir sobre el aborto o sobre la declaración soberanista de Cataluña, entre otros temas, esperemos que los nuevos magistrados se pronuncien sobre estas cuestiones en base a la norma fundamental del Estado español, y no en base a ideas políticas, para ello, y volviendo a esas dos cuestiones, los nuevos magistrados deben atender a la literalidad del artículo 15 y artículo 2 de la Constitución Española respectivamente, refrendada por los españoles el 6 de diciembre de 1978, y no a las ideas del Gobierno o Consejo General del Poder Judicial de turno.
JUAN SEBASTIÁN MORALES GÁMEZ
Juan, el sistema está establecido así de tal modo que la Constitución más que aplicarla, haya que interpretarla, y así, de esta forma, en cada etapa de Gobierno, en función de quién esté en el poder, se haga una cosa u otra.
ResponderEliminarDe todas formas, aunque el Gobierno no eligiera a un determinado cupo de miembros, ello no sería óbice para que, aún siendo "independientes", pudieran tomar sus decisiones en base a sus convicciones morales o a una ideología concreta.
A mi juicio todo esto es resultado de una mala confección del sistema realizada en la etapa de la Transición y que ha dado lugar a decisiones tan disparatadas como la legalización de partidos políticos pro etarras, o a la aprobación del Estatuto de Autonomía de Cataluña, entre otras.