Iniciábamos semana con la imagen de Santiago Abascal en la portada de este diario (El Mundo). El motivo de la cabecera (El Mundo) radicaba en la decisión del presidente de DENAES de causar baja en el partido en el que había militado desde los dieciocho años.
Signaba una misiva intensa, apasionada y profunda en la que exponía su elección meditada y difícil, empero irrevocable, firme y sólida. Con la baja del de Amurrio no es él quien se marcha del Partido Popular, es esta formación política la que se va de sí misma.
El PP confunde amenazas y como si de un imperio en ruinas se tratare, que no ve al enemigo a las puertas sino dentro, comienzan las eliminaciones internas; preludio a la derrota definitiva.
Caen los pilares, se doblan las vigas, la catedral que tanto costó forjar se desmorona. Uno mira a Valencia como Bogart y Bergman al París de entreguerras. En el recuerdo de lo que pudo ser y no fue. En la nostalgia de lo que pudimos alcanzar y no logramos. El PP se ha desnaturalizado. Ha apartado la sociedad, se ha entregado al Estado. La carta de Santiago es grito aunado.
ANTONIO RUIZ CAPILLA
@ARuizCapilla
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