Después de unas
recientes declaraciones del presidente del Gobierno en las que afirmaba que su
única preocupación era salir de la crisis ya nada puede sorprendernos, pero ha
sido tanto en materia terrorista como de unidad nacional en los aspectos que más
ha decepcionado, por no hablar simple y llanamente de traición, a una gran
mayoría de votantes o de personas, que sin haberlos votado, simpatizaban con
las que creían eran sus ideas.
Hace unas horas hemos
sabido del homenaje a la memoria de Gregorio Ordóñez en San
Sebastián, lugar donde un día como hoy hace 19 años la banda de
asesinos ETA acabó con la vida del que fuera diputado del PP. Este año no ha
sido como un aniversario cualquiera. Su hermana Consuelo, durante su
intervención, ha sacado los colores a más de un dirigente popular de
los que se encontraban presentes. Ha apelado al “alma de la gente”
para verter una dura crítica contra la gestión del Gobierno actual en
materia terrorista. Ha llegado incluso a recordar esas palabras en boca de
Rajoy con referencia a los paseos de De Juana Chaos cuando
quedó en libertad. Toda una lección que ha incomodado a
los allí presentes, con toda la razón. La conciencia pesa.
A nadie se le escapa
que desde la puesta en libertad del sanguinario Bolinaga, la credibilidad
de este Gobierno en materia terrorista ha caído por tierra. Se llegaron a
traspasar competencias en materia sanitaria a Vascongadas, que, con el tiempo,
sabríamos con que finalidad se llevaron a cabo. Existían informes médicos que
advertían del estado no terminal del enfermo, que se obviaron por completo. Por
el contrario se prefirió tergiversar la realidad mediante una patraña que a día
de hoy permite que el susodicho ande cómodamente degustando chiquitos por el
barrio antiguo de su ciudad.
Por oto lado la
cuestión catalana no ha sido menor, pues la prevaricación por omisión de este
gobierno ha llegado a límites insospechados. Se han permitido hechos como que
se ponga fecha a un referéndum de segregación de una parte del
territorio español, se ha dejado que se manden misivas a jefes de Estado y de
gobierno para que den su visto bueno a la futura
independencia de Cataluña. Estas y un sinfín de cosas más que hacen que este
Gobierno no sea sino un complemento del anterior en la constante batalla por
arruinar nuestra Patria, aunque económicamente, claro está, vayamos a salir de
la crisis, porque ya sabemos que, al final, es lo único que les importa a
algunos.
José Luis Martínez Padilla
Después de unas
recientes declaraciones del presidente del Gobierno en las que afirmaba que su
única preocupación era salir de la crisis ya nada puede sorprendernos, pero ha
sido tanto en materia terrorista como de unidad nacional en los aspectos que más
ha decepcionado, por no hablar simple y llanamente de traición, a una gran
mayoría de votantes o de personas, que sin haberlos votado, simpatizaban con
las que creían eran sus ideas.
Hace unas horas hemos
sabido del homenaje a la memoria de Gregorio Ordóñez en San
Sebastián, lugar donde un día como hoy hace 19 años la banda de
asesinos ETA acabó con la vida del que fuera diputado del PP. Este año no ha
sido como un aniversario cualquiera. Su hermana Consuelo, durante su
intervención, ha sacado los colores a más de un dirigente popular de
los que se encontraban presentes. Ha apelado al “alma de la gente”
para verter una dura crítica contra la gestión del Gobierno actual en
materia terrorista. Ha llegado incluso a recordar esas palabras en boca de
Rajoy con referencia a los paseos de De Juana Chaos cuando
quedó en libertad. Toda una lección que ha incomodado a
los allí presentes, con toda la razón. La conciencia pesa.
A nadie se le escapa
que desde la puesta en libertad del sanguinario Bolinaga, la credibilidad
de este Gobierno en materia terrorista ha caído por tierra. Se llegaron a
traspasar competencias en materia sanitaria a Vascongadas, que, con el tiempo,
sabríamos con que finalidad se llevaron a cabo. Existían informes médicos que
advertían del estado no terminal del enfermo, que se obviaron por completo. Por
el contrario se prefirió tergiversar la realidad mediante una patraña que a día
de hoy permite que el susodicho ande cómodamente degustando chiquitos por el
barrio antiguo de su ciudad.
Por oto lado la cuestión catalana no ha sido menor, pues la prevaricación por omisión de este gobierno ha llegado a límites insospechados. Se han permitido hechos como que se ponga fecha a un referéndum de segregación de una parte del territorio español, se ha dejado que se manden misivas a jefes de Estado y de gobierno para que den su visto bueno a la futura independencia de Cataluña. Estas y un sinfín de cosas más que hacen que este Gobierno no sea sino un complemento del anterior en la constante batalla por arruinar nuestra Patria, aunque económicamente, claro está, vayamos a salir de la crisis, porque ya sabemos que, al final, es lo único que les importa a algunos.
Por oto lado la cuestión catalana no ha sido menor, pues la prevaricación por omisión de este gobierno ha llegado a límites insospechados. Se han permitido hechos como que se ponga fecha a un referéndum de segregación de una parte del territorio español, se ha dejado que se manden misivas a jefes de Estado y de gobierno para que den su visto bueno a la futura independencia de Cataluña. Estas y un sinfín de cosas más que hacen que este Gobierno no sea sino un complemento del anterior en la constante batalla por arruinar nuestra Patria, aunque económicamente, claro está, vayamos a salir de la crisis, porque ya sabemos que, al final, es lo único que les importa a algunos.
José Luis Martínez Padilla
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