miércoles, 26 de marzo de 2014

HASTA SIEMPRE PRESIDENTE

Tres y tres minutos de la tarde del domingo 23 de marzo de 2014, esa era la hora y la fecha en la que se ponía fin a la vida del primer Presidente del Gobierno de España en la etapa democrática de nuestra nación, D. Adolfo Suárez González, Duque de Suárez fallecía a los 81 años de edad.

Aunque debido a mi juventud no tuve la oportunidad de vivir la actividad política de Suárez, tengo que confesar que desde que tengo uso de razón ha sido para mi un referente político, alguien a quien admirar y poderse mirar en el espejo de la acción política.

Mucha gente de mi generación solo recuerda a Adolfo Suárez por lo que ha podido estudiar en los libros de historia y por imágenes repetidas en televisión, pero por todo lo demás pocos se han acercado a conocer la figura del ex presidente del Gobierno, sin embargo, a mí siempre me ha producido una gran inquietud la figura de quien junto a Su Majestad el Rey D. Juan Carlos fueron artífices de la Transición y del que se suponía enormemente difícil paso de la dictadura a la democracia. Suárez en muy poco tiempo fue capaz de esto mediante un proceso considerado ejemplar y estudiado en numerosas facultades de medio mundo, además hizo posible el consenso y el entendimiento, el tender puentes y lazos de unión entre los que no querían que las reformas fuesen tan profundas y rápidas y quienes pensaban que todo se estaba fraguando con demasiada lentitud.

España y los españoles le debemos mucho a Adolfo Suárez, él fue capaz de conseguir la aprobación de una Constitución, (la más duradera y la que más consenso ha logrado en la historia de España) de conseguir unas elecciones en las que todas las fuerzas políticas estuviesen representadas y de favorecer el consenso de todos los partidos en los denominados Pactos de la Moncloa. 


Se nos va un ex presidente del Gobierno que siempre será considerado como el Padre de la Democracia, se nos va un caballero de profundas convicciones religiosas, pues solo desde los principios y los valores fuertemente arraigados en uno mismo es posible la acción política, se nos va quien siempre supo entender a la perfección al interlocutor, ponerse en la piel de la persona con la que estaba hablando y comprender sus pretensiones, se nos va un político de raza, alguien que anteponía a los intereses de su partido y los suyos personales, los intereses de España que eran los más importantes, se nos va quien no se movió de su escaño aquel día que unos desaprensivos quisieron arrebatarnos la libertad, se nos va en definitiva alguien a quien echaremos mucho de menos porque se nos ha ido físicamente pero su espíritu siempre quedara en nuestro corazón. Ojalá que toda su ingente obra de ingeniería política sirva para que en momentos tan difíciles como los que vivimos sepamos estar a la altura de las circunstancias y acordarnos siempre de la persona que frente al pasado gris que suponía la dictadura franquista y que era necesario enterrar fue capaz de unir a todos los españoles en un espíritu de concordia que nos ha traído los  mejores años de paz, libertad y prosperidad, ojalá que no nos olvidemos nunca del Padre de nuestra Democracia.


Juan Sebastián Morales Gámez

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