CINISMO SIN FRONTERAS

Al igual que existe una organización de carácter altruista y de ámbito no gubernamental, en el plano opuesto existe en los últimos tiempos una suerte de oleada de cinismo que afecta a las esferas de poder especialmente en España y de forma destacada a los gobiernos de los últimos 30 años.  Y es que ayer asistimos a una estampa de la cual igual mucha gente habrá pasado desapercibida pero para mucha otra que goza de memoria y sentido crítico en absoluto ha sido así.

La histórica manifestación que tuvo lugar en la capital gala en protesta por el brutal atentado perpetrado por terroristas musulmanes, provocó la rápida congregación de líderes mundiales, sobre todo de naciones europeas. Al nuestro le faltó tiempo para trasladar sus más sentidas condolencias y a los pocos días ya lo veíamos encabezando la multitudinaria marcha cogidito del brazo junto, entre otros, el mandatario británico, imagen esta última de especial connotación y a la que posteriormente haré mención.

Pues bien, sorprende, aunque lo cierto es que cada vez menos, que los gobernantes que han regido los designios de la nación española en los últimos tiempos, han querido quedar mejor con los ajenos que con los propios. Me refiero con esto a que parece que, dependiendo del tipo de terrorismo que se aplique, el corazón se les encoge con mayor o menor ímpetu. No puedo dejar atrás el contraste entre el apretón de manos de Sarkozy y Hollande y el que se dieron hace tiempo Zapatero y Rajoy, en materia de política antiterrorista. Baste recordar como han sido tratadas las victimas del terrorismo de ETA durante los gobiernos de uno y otro signo, mientras lo que les importaba a los políticos es que el brazo político de tal organización accediera a las instituciones, el acercamiento de presos o el excarcelamiento de los mismos por omisión en la aplicación y elaboración de las leyes que lo impidieran; Y ahora posan tan galantemente a la cabeza de la libertad de expresión, de la paz, y la libertad, libertad por cierto que le arrebataron vilmente a los que ellos le dieron la espalda. Cinismo, y sin fronteras.

P.D.: Si hay una lanza que romper a favor de nuestro querido Presidente del Gobierno en contra de su cinismo no será un servidor el que la niegue. Baste comprobar el hermanamiento entre el señor Cameron y él, y no nos sorprenderemos de que  la situación respecto a Gibraltar, hace mucho tiempo, si es que lo hizo en algún momento, que le dejó de importar.



José Luis Martínez Padilla