Que 2015 iba a ser un
año netamente electoral lo sabíamos desde hace mucho tiempo pues, las
elecciones municipales y autonómicas de mayo, así como las elecciones
generales, previsiblemente del mes de noviembre, son inamovibles.
Lo que no sabíamos es
que el Presidente de la Generalidad Catalana, Artur Mas, iba a convocar una vez
más elecciones para el próximo mes de septiembre y que la Presidenta de la
Junta de Andalucía, Susana Díaz se está pensando hacer lo propio en el mes de marzo
del presente año.
El argumento de que las
comunidades autónomas se nos han ido de las manos cobra fuerza cuando vemos a
presidentes autonómicos planteándose adelantos electorales, el caso más
bochornoso lo vimos cuando Francisco Álvarez Cascos convocó elecciones en el
Principado de Asturias en tan solo diez meses de la celebración de los comicios
autonómicos de 2011, y es que la convocatoria electoral no es algo gratuito ni
que se deba tomar a la ligera.
Cada uno de los dos
presidentes autonómicos anteriormente citados busca su propio interés en el
adelanto de las elecciones, y no el interés de los ciudadanos o de su
comunidad.
El señor Mas quiere
vender las elecciones en Cataluña como plebiscitarias, algo que sencillamente
no puede ser, el empeño en conseguir la ruptura de Cataluña con España del
también líder de CIU no conoce límites, el paro, la precariedad laboral, los
problemas económicos y sociales de los catalanes poco importan, lo que importa
es la ruptura y crear un problema más a los ciudadanos.
Por su parte, la señora
Díaz lleva un interés mucho más personal, y no es otro que dar el salto a la
política nacional, para ello primero debe convocar elecciones en Andalucía y si
todo sale como auguran las encuestas y ella desea, conseguir una mayoría absoluta
que le sirva de aval para de inmediato dejar la presidencia de la Junta de
Andalucía y presentarse a las primarias del PSOE para elegir al candidato a la
Moncloa.
Como vemos, al igual
que en el caso de Francisco Álvarez Cascos, las elecciones siempre se adelantan
para el beneficio único y exclusivo de los que las convocan, y al final,
también como siempre, los electores pagamos de nuestro bolsillo el capricho de
nuestros queridos presidentes autonómicos.
Juan Sebastián Morales Gámez.
@juansmorales
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