miércoles, 24 de noviembre de 2010

EL GRIFO QUE APENAS GOTEA

Ahora que hay viviendas no hay crédito para poder comprarlas. Esto es en síntesis el problema con el que se encuentran los jóvenes jiennenses que son adjudicatarios de las alrededor de 700 viviendas de protección oficial que constituyen la promoción del Bulevar.

Si bien es cierto que el grifo de la financiación no está cerrado, sí es verdad que sólo gotea. Y las condiciones que imponen las entidades financieras para conceder un préstamo hipotecario a los adjudicatarios de las más de 700 VPO del Bulevar son muy estrictas. Nada que ver con tiempos pretéritos en que se llegaba, en algunos casos, a financiar el 100% del valor del inmueble. Ahora no, los bancos, ante la galopante crecida de la morosidad y la desconfianza no prestan, y ésto es una pena porque sigue habiendo gente muy solvente.

Es una pena porque si hay una necesidad verdaderamente lícita para un joven y para cualquiera, es su derecho a convertirse en propietario de su vivienda. De un piso o casa que pueda decir suyo. Son malos tiempos.

Por otra parte, me gustaría exponer una observación personal que vengo advirtiendo de un tiempo a esta parte a cerca de esta misma promoción de viviendas de VPO radicadas en el barrio de "El Bulevar". ¿Por qué muestran unas fachadas, siempre en mi más estricta opinión personal, tan feas?. Veo que tienen más aspecto de cuartel y de bloque, en el sentido peyorativo del término, que de viviendas de hoy en día. Para comprobar el fundamento de esta mi opinión, tan sólo hay que comparar la fachada de las viviendas de VPO con las que se emplazan un poquito más arriba del mismo Paseo de España, pero que son de renta libre. Carecen por completo de la más mínima ornamentación o decoro que haga más amable el alzado del edificio.


Afirmo, que una vivienda, por el hecho de ser de protección oficial, no tiene por qué ser una vivienda fea o de inferior calidad o belleza a la media de las viviendas que fluctúan en el libre mercado. Muy al contrario, estas viviendas, por el hecho de ser de promoción pública o al menos participada su promoción por la administración pública, deberían de ser ejemplo de entre las demás. Al fin y al cabo el destinatario es el ciudadano, que es objeto de respeto, dignidad y deferencia por parte de la administración. Si apuro, esto último debería, en teoría, de ser más tenido en cuenta por una administración gobernada por un partido que se dice socialista.

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