jueves, 25 de noviembre de 2010

EL MUNDO ANDA REVUELTO

Los asuntos internacionales pasan en estos momentos por el conflicto en el Sáhara y por la infame agresión de Corea del Norte a Corea del Sur. Ambos conflictos duran ya muchos años, décadas, y sin embargo no parece que vayan a cesar. Más al contrario parecen avivarse.

Marruecos ha entrado haciendo tabla rasa en uno de los campamentos que albergan a la concentrada población saharaui, que es marginada y maltratada en su propia tierra. Este pueblo sin Estado, malvive al vaivén de un rey déspota y cruel, Mohamed VI de Marruecos, que los tiene allí secuestrados y torturados para enarbolarlos a modo de piñata que de vez en cuando calme los bajos instintos de una población marroquí bastante hastiada.

Entretanto, el Partido Socialista Obrero Español, el PSOE, por mor de las responsabilidades de Gobierno que no son las mismas que las de oposición allá por 2003, o por otros motivos que vaya usted a saber, se traiciona a sí mismo y le pega un portazo (es verdad que sólo la jefatura del partido y no toda) a una defensa teórica de la causa saharaui que siempre se ha jactado de amparar.

Digo teórica porque ya Felipe González, en 1976, dijo que el partido estaría apoyando la causa saharaui hasta la victoria final y después de 14 años de gobierno de González, nada cambió. Ahora, González, según ciertas informaciones, tiene un palacio en Marruecos. También han habido cantidad de veces en que hemos visto a dirigentes del PSOE sosteniendo banderas de la República Saharaui o participando de sus reivindicaciones y manifestaciones, eso sí, en suelo español. Marruecos ha colonizado progresivamente la región desde la Marcha Verde, ejerciendo así una política, al igual que aquella, de hechos consumados. Le está dando resultado.

foto de elmundo.es

foto de elmundo.es

En cuanto al asunto de las dos Coreas. La del Norte, ha bombardeado y reducido a escombros una isla, poblada, de la del Sur. A "mala hostia" claro, que diríamos por aquí. Con víctimas mortales y daños materiales, que naturalmente, son intolerables. Corea del Sur ha preferido mostrar templanza ante la provocación y, de momento, porque no siempre se puede poner la otra mejilla, aguanta sin contraatacar.

Al menos, la llamada comunidad internacional, ha condenado la acción de Guerra del estrafalario y ridículo régimen comunistoide de Pyonyang. Incluso China, su aliado natural, ha renegado de la brutal acción.

Lo más penoso es, que en caso de guerra, lo más normal, sería que en un régimen gobernado por asesinos inmisericordes, crueles y despiadados, como el de Corea del Norte haga uso de las armas nucleares de las que dispone. Provocando un baño de sangre en la región. Y, si Corea del Sur ejerciera su legítimo derecho a la defensa sobre Corea del Norte, los más perjudicados serían los pobres, en el sentido literal del término, coreanos del norte, que muy mal lo están pasando como para, encima, soportar una guerra.

Estos dos conflictos que se extienden en el tiempo nos tienen que hacer reflexionar también acerca de la utilidad de la ONU y de su ya cronificada inoperancia.

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