ESPAÑA TIENE SED DE URNAS

Éste es el mensaje con el que los medios de comunicación han titulado mayoritariamente sus noticias acerca de la Convención Nacional que el Partido Popular ha desarrollado durante los últimos tres días en la ciudad de Sevilla. El encuentro ha servido sin duda alguna para señalar al Presidente del PP, Mariano Rajoy, (ataviado de traje y corbata y prescindiendo de informalidades de mitin de fin de semana) como una alternativa sólida e inmediata para ser Presidente del Gobierno de España. La Convención, asímismo, sirvió también para hacer público que el Partido Popular ha hecho los deberes, y ha aprovechado el tiempo que ha estado en la oposición para tomar nota de los problemas de España y, en consecuencia, elaborar las soluciones a los mismos. Soluciones encuadradas todas ellas en un plan de gobierno.

Es precisamente ese proyecto que Rajoy y el PP tienen para España la mejor noticia que podíamos recibir de la celebración de la Convención. El PP ofrece una serie de respuestas a varios temas de vital importancia para España como son la Economía, con las reformas y el empleo. La política social, la revalorización de la familia, la reforma de la educación, las autonomías, que deberán de aunar esfuerzos en favor del interés nacional y a recortar sus gastos, la despolitización de la Justicia, y la derrota del terrorismo por medio de la Ley.

En definitiva, se trata de que el PP sí sabe lo que quiere hacer si gobernara España. Tiene un plan global, tiene una idea concisa de lo que va a hacer, que ya es mucho. En contraposición a los continuos sobresaltos a los que nos tiene acostumbrados el Gobierno que de vez en cuando aplica determinadas reformas inconexas que no obedecen a un plan general sino a una forma más o menos digna de salir del atolladero en el que nos han metido y al vaivén de los mercados, la Unión Europea, etc.

Después de esto, se podrá estar o no de acuerdo con lo propuesto por el PP en la Convención (que posteriormente deberá de ser debidamente desarrollado en el año que aún queda de legislatura y la campaña electoral). Pero ése y no otro debe de ser el resultado a extraer de la Convención de Sevilla, que hay una alternativa sólida y palpable al Gobierno de Zapatero, y sobre todo, que es una apuesta reformista y regeneracionista, que aspira a desarrollar una labor profunda de purga, de limpieza, de cambio y de reforma de todo aquello que no funcione como es debido.

Gran anuncio el que hizo Rajoy en la Convención de igualar las pensiones de los parlamentarios a las del resto de los españoles. Da igual que las famosas pensiones las cobren pocos parlamentarios como si las cobran muchos, o que si la cuantía total de estas es de un 1% del presupuesto de las Cortes como si es el 100%, era una demanda de justicia, más si cabe ante los sacrificios que nos hacen cargar a los españoles.

No obstante cabe recordar que el oso no ha sido cazado aún, por lo que no es conveniente vender su piel.

Es cierto, España tiene sed de urnas. Y Zapatero, no debería ser obstáculo en esta imperiosa necesidad, porque él ya ni siquiera da la cara, o bien manda a Rubalcaba o bien a Salgado, pero es un presidente triste que ha dimitido de sus funciones que no de su cargo.