FIN DE UN TIEMPO Y COMIENZO DE OTRO

Las elecciones generales de ayer 20 de noviembre han confirmado las predicciones que las encuestas recogían. Menos mal, no pasó nada de imprevisto a última hora. Con el comunicado bastaba. Esto es, mayoría absoluta del Partido Popular, que con 186 escaños en el Congreso de los Diputados aúpan a Mariano Rajoy a la Presidencia del Gobierno de España. Enhorabuena, nunca mejor dicho. Igualmente, la Cámara Alta está totalmente entregada a los populares que se alzan con una mayoría arrolladora de 136 de 208 senadores. Quiera la providencia arrojar luz e impregnar de sabiduría y acierto e incluso suerte la labor que le aguarda al futuro Presidente del Gobierno.

El partido que hasta ahora sustentaba al Gobierno, el PSOE, ha obtenido un castigo en las urnas que ha dejado muy tocado al partido. El hecho de haber acumulado tantas "baronías" a lo largo de tantos años sin que se produzcan relevos ni sustituciones tiene estas cosas, que ahora, los pocos que han quedado, encima están mal avenidos. Veremos qué tienen que decir Rubalcaba, Fernández Vara, Barreda, Bono, Chaves, etc. Lo que se confirma es que a pesar de haber gobernado durante casi ocho años la factura por haber encumbrado a un inútil como jefe de Gobierno ha sido de órdago.

En suma, y siendo lo más preocupante el crecimiento exhacerbado de la izquierda abertzale que tendrá grupo parlamentario propio en el Congreso, cabe un último análisis. Y es que no todas las noticias habían de ser buenas para el Partido Popular. Deben de analizar pormenorizadamente el porqué han incrementado sus votantes en "tan solo" seiscientos mil electores en comparación a 2008 siendo como es la situación presente. 183 diputados en plena bonanza en 2000 con Aznar, 186 con una gestión nefasta del PSOE y 5 millones de parados. ¿Tiene techo el Partido Popular?. El PP no ha sido capaz de alcanzar los más de 11 millones de votos que no le supusieron una mayoría absoluta a Zapatero en 2008. Entretanto el PSOE se ha dejado 4,5 millones de votos por el camino. No pudo gobernar peor.

El mapa completamente azul de España dice mucho de las ganas de cambio que albergaban los españoles
gráfico de elmundo.es

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