lunes, 19 de marzo de 2012

DE CONSTITUCIONES VA LA COSA



Aún con la resaca de la perentoria reforma del artículo 135 de nuestra actual Carta Magna y, olvidado ya el estrepitoso fracaso de la Constitución Europea, un día como hoy los españoles conmemoramos el bicentenario de la Constitución de Cádiz, célebremente conocida como “La Pepa” por haber sido promulgada el día de la onomástica de San José.

Reflejo impreso del tránsito del Antiguo Régimen al Nuevo Régimen, la Constitución de 1812 ha pasado a nuestra historia por ser el primer texto del constitucionalismo español, dada la dudosa legitimidad del Estatuto de Bayona de 1808, y sobre todo, por haber llegado a ser emblema y estandarte del pensamiento liberal en toda Europa y parte de América.

Cuestiones esenciales como la soberanía nacional, las Cortes, el sistema electoral, la inviolabilidad del rey, el Consejo de Estado, la administración de justicia, la administración local, la milicia nacional, la libertad de imprenta o el sistema retributivo, figuran a lo larga de su articulado con un tratamiento acorde con el espíritu liberal de la misma, pero otros asuntos, como la pluralidad religiosa y política o la abolición de la esclavitud, brillan por su ausencia, tal y como sucediera en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de 1776, así como en la Declaración francesa de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789.

Pero más allá de sus luces y sombras, lo que caracterizó a la Constitución de 1812, y lo que ha de despertar nuestra más profunda admiración, fue que, en un contexto de revueltas, motines, luchas, desgobierno y descomposición interna, un puñado de hombres inquietos hicieron de la necesidad una virtud y aislados del resto del país en la bahía gaditana, se comprometieron a abordar los grandes problemas nacionales desde la primacía del Derecho sobre el privilegio, de lo general sobre lo particular, y del Estado sobre el estamento.

En definitiva, existía una voluntad de cambio, la cual, debió de hacer “mutis por el foro” en relación al constructo europeo y ha sido totalmente inexistente en la nueva redacción dada al artículo 135 de nuestra actual Constitución Española.

A modo de conclusión y, dadas las circunstancias actuales, me vienen a la mente las palabras pronunciadasen su día por el jurista y político ilustrado, Gaspar Jovellanos;  “Ninguna dificultad hay que no pueda ser vencida, si vencerla se quiere”, por todo ello y por más, hoy más que nunca cabe gritar alto y claro un; ¡VIVA LA PEPA¡.

Autora: Gema María Hinojosa Villegas, Vocal de Relaciones Institucionales de la Asociación Juvenil "Constitución y Libertad" de Jaén.

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