lunes, 8 de abril de 2013

POLITICASTROS


El vocablo es definido por el diccionario de la RAE como “político inhábil, rastrero, mal intencionado, que actúa con fines y medios turbios”.

El pasado día 3 de abril el diario local de Jaén, “Viva Jaén”, abría su portada con un titular terrible pero no por ello falto de verdad. “Nada ni nadie logra frenar en Jaén la sangría del paro”. Sólo se me ocurre una pequeña matización a esta noticia, y es que nada ni nadie, “y”, ninguno de los políticos cuyas decisiones actualmente afectan a Jaén, logran frenar la sangría del paro. Desde el ayuntamiento de la capital, pasando por la diputación provincial, la Junta de Andalucía y hasta el Gobierno.

Todas las instituciones citadas anteriormente tienen por gobernantes a personas adscritas a las dos principales formaciones políticas de España, Partido Popular y PSOE. En sus manos quedaron encomendadas a través de las elecciones, las decisiones que los representantes de estas instituciones debían tomar para cumplir su cometido. Solucionar los problemas de los gobernados. Cada cual por su cuenta, pero obviamente sin perder la noción de lo que parece lógico a todas vistas, y es que esas decisiones redundasen en beneficio del empleo, del trabajo, principal problema acuciante hoy y muy especialmente en Jaén.

Pues bien, las reacciones del presidente provincial del PP, y de su homólogo, el secretario general del PSOE en Jaén a la noticia mencionada, no podían ser más contrarias a la consecución de estos objetivos que a día de hoy tienen un carácter absolutamente perentorio, y se extrae como consecuencia lógica de sus declaraciones, lo siguiente. El primero, achaca al mal gobierno de la Junta de Andalucía, ostentado por socialistas, los malos datos de paro en Jaén, culpando a 30 años de políticas desatinadas esas cifras de desempleo galopante que aquejan a Jaén. El segundo, hace lo propio respecto del Gobierno de la Nación, imputando la responsabilidad del desempleo al gobierno popular de Mariano Rajoy, a los recortes emprendidos en su mandato, y a la reforma laboral aprobada en 2012.


Se podría decir, coloquialmente, que cada cual pasa la pelota al otro, o a la otra administración, escurriendo o eludiendo cualquier tipo de autocrítica o responsabilidad. En síntesis, la culpa la tiene el otro. Mientras tanto apliquemos el dicho aquel de “entre todos lo mataron, y él solico se murió”. Porque cuando los politicastros andan en luchas partidistas y discusiones bizantinas, amén de corruptelas varias, el pueblo y Jaén en concreto, mueren. Los jóvenes andan desesperados porque son incapaces de encontrar trabajo en su tierra, donde han nacido y donde sus abuelos y sus padres antes que ellos pudieron vivir con más o menos holgura, pero vivir a fin de cuentas. Hoy, tienen que elegir entre el desempleo, un trabajo precario, o el exilio. Asimismo, viven angustiados en la preocupación de qué será de ellos cuando alcancen la edad de jubilación, de qué vivirán entonces por una vida laboral sin cotización alguna que les depare un reposo tranquilo. Los no tan jóvenes, trabajadores de más de cuarenta años que igualmente han perdido su empleo, cuentan además con la circunstancia agravante de verse obligados a mantener un hogar, una familia, y del mismo modo ven imposible lograr un trabajo que les permita, al menos, mantener el techo que les cobija, a ellos y a sus hijos. (2,7 desahucios diarios en la provincia de Jaén).

Así pues, dotados de una obscenidad difícilmente equiparable, y haciendo gala de un comportamiento abyecto, vil y execrable, carente de cualquier tipo de altura de miras o ánimo de colaboración, si quiera compasión o sentido común, que coadyuve en la resolución del problema del paro en Jaén, se dedican los políticos de uno y otro partido a responsabilizar al contrario del mal del desempleo, haciendo mutis por el foro y por ende, nada aportan a lograr la solución, que en periodo de elecciones, ellos mismos prometieron como algo que iban a conseguir pidiendo el voto para ello. Ni siquiera cabría decirse que a pesar de todas las diferencias que pudieran contraponer sus respectivos puntos de vista, hacen el esfuerzo de llegar a términos de entendimiento que posibiliten una salida a la actual situación.

El ejemplo más evidente de lo anteriormente dicho, además de los políticos giennenses citados, está en las palabras de Esteban González Pons, vicesecretario general de estudios y programas del PP, pronunciadas el sábado 6 de abril. A raíz de la decisión del Tribunal Constitucional luso, declarando contrarios a la constitución algunos de los recortes realizados por el gobierno portugués, vino a contarnos que España estaría en la misma situación que nuestro país vecino si el gobierno de Rajoy no hubiese actuado conforme lo ha hecho y hubiese gobernado el PSOE. Pues bien, habría que recordar a los incautos, que el fallo del tribunal portugués ha venido a derribar, entre otras cosas, la pretensión del ejecutivo de aquél país de eliminar una de las pagas extra de los empleados públicos portugueses. Cosa, que por cierto, ya ha hecho Rajoy en España, y consecuencia de lo anterior, es que Pedro Passos Coelho, Jefe de Gobierno de la República de Portugal, haya dicho que serán necesarios recortes en sanidad, educación y pensiones, para cuadrar las cuentas. Cosas, que por cierto, ya ha hecho Rajoy en España. Con lo que si la situación la medimos en base a la posición de los españoles y portugueses respecto de los recortes sufridos por sus respectivas administraciones, estamos en las mismas. Sin dejar de recordar que en Portugal no gobierna tampoco el Partido Socialista. Sin dejar de recordar que la tasa de paro en Portugal es 10 puntos inferior a la española.

Así las cosas, no ha de extrañarnos la profundísima desafección que viven los gobernados respecto de sus gobernantes, patente en todas las encuestas de opinión. Sólo se acuerdan de los votantes cada cuatro años, ignorando entre tanto cualquier necesidad de los mismos, aunque de ellas le vaya la propia vida, y todo ello encaminado a proseguir viviendo sin trabajar y operar en un registro de acusaciones y reproches mutuos destinados a engrandecer y mantener esta partitocracia que tantos beneficios les reporta, de bandos igualmente equivocados los unos y los otros, pero sí encontrados en corrupción y “trinques” diversos. Han hecho de la necedad, la discusión partidista torticera e interesadamente labrada, su modo de vida, de forma que mientras la población, Jaén en concreto que es de lo que trata esta carta, languidecen y mueren en la miseria, el paro, el desahucio… ellos prosiguen impávidos en sus posiciones, ciegos a cualquier tipo de llamada a la unidad, al trabajo y a la honestidad en su labor, que ponga punto y final -como así se pretende de ellos por ser su trabajo y para lo que fueron elegidos y por lo que cobran- a esta crisis económica que está acabando con toda una sociedad, una provincia.

Manuel Mª Caro Romera

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