miércoles, 10 de abril de 2013

TODOS POR IGUAL "VALIENTES"




Con esta frase, tan utilizada en Semana Santa, se podría describir la labor de eficaz y rápido acuerdo al que llegan las instituciones españolas cuando se trata de perseguir al ciudadano y exprimirle hasta el último céntimo. Se enmarca dentro de esta situación el caso conocido hace pocos días de la labor conjunta que han llevado a cabo tanto la Dirección General de Tráfico como el Ayto de Jaén de minar las distintas vías periféricas de Jaén con radares móviles camuflados con el fin supuestamente de combatir la siniestralidad. Ya no sorprende, puesto que se  ha  convertido en rutina, que empleen la excusa de la siniestralidad en todos los casos en los que se persigue un afán recaudatorio claro, pero en este caso en concreto me parece flagrante que se aluda a esta situación, máxime cuando todo el mundo sabe que la siniestralidad se combate arreglando carreteras, mejorando la señalización,... actuaciones estas que, ni los de ahora ni los de antes, han puesto mucho empeño en acometer.



Por otro lado, y al hilo un poco de lo relatado en el anterior artículo, lo referido anteriormente contrasta con el balance de la reunión mantenida hace pocos días también entre  Reyes, de la Diputación, y De Moya, a la sazón alcalde de Jaén, en la que pudimos constatar, al margen de la foto de rigor y de la tan manida cordialidad (solo faltaría que se abofetearan) una suerte de desacuerdos y desencuentros en cuanto a lo que, a mi juicio, se está convirtiendo en una falta estructural de voluntad política que  está derivando en una lacra de las que asfixia a toda una Nación. Por citar un ejemplo de lo allí tratado, me referiré al principal problema de España en la actualidad, cual es el alto desempleo. Pues bien, sorprende ver cómo toda vez que en el asunto de los radares se ponen de acuerdo en décimas de segundo llevándolo a la práctica sin "preguntar a nadie", en la segunda cuestión parece que les pueden más ciertos intereses partidarios de los que no parecen que estén dispuestos a renunciar, y que, ni el principal problema del desempleo, les conmueve a ello. Seguimos, como vulgarmente se dice, con la casa sin barrer.

Para concluir, me viene a la cabeza una comparecencia del alcalde de la Capital del Santo Reino, hace ya unas semanas, en las que pedía a la Diputación, que ya que sus arcas tenían superávit, les hicieran un traspaso de caudales ante la situación tan deficitaria de su hacienda. Pues bien no me extrañaría, que ante tan vano esfuerzo, haya querido “compartir” su inquietud con todos los jienenses, que además, y hoy va la cosa de dichos populares, siempre acaban pagando el pato.

José Luis Martínez Padilla

1 comentario:

  1. Efectivamente, si hubiera que medir la rapidez con que se ponen de acuerdo las distintas administraciones en el asunto del "control de la velocidad", aún regidas por diferentes partidos, harían saltar todos los radares habidos por la celeridad con que se aúnan en estos menesteres.

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