Ha muerto Marcelino Camacho, fundador e histórico dirigente de Comisiones Obreras. Han sido 92 años de una vida ejemplar, sin descanso en la lucha por los derechos de los trabajadores y por los derechos civiles de todos los españoles. Predicó con el ejemplo y sufrió durante la Dictadura cárcel y exilio por varios años.
Marcelino Camacho arriesgó mucho, su libertad, su familia, su vida, su trabajo, su salud... más que por unos ideales, por unas convicciones muy hondas. Convicciones de dignidad y de libertad. Siendo su figura determinante en la época de la Transición y en los primeros años de la Democracia.
A su vuelta a España, se destacó en la última etapa del franquismo por retomar, si alguna vez la abandonó, la tarea sindicalista, y desde su trabajo en la industria comenzó de nuevo a promover el sindicalismo en España. En 1977 fue diputado en el Congreso por el PCE. Fue el primer secretario general de CC.OO. y ha sido sin duda una de las figuras más preeminentes de los últimos tiempos. A pesar de todo ello, y hasta última hora, vivió en su modesto piso del madrileño barrio de Carabanchel.
Convendría que los sindicalistas de hoy en día, y más que ninguno su clase dirigente, tomara buena nota de lo que debe de ser un comportamiento y una actitud valiente y decidida, y no complaciente y paniaguada, con la defensa de los intereses de los trabajadores. Hay que decir que se esté de acuerdo o no con su pensamiento o ideología, sí era una persona verdaderamente de izquierdas y consecuente con ello. Quizás huelga decir que no habría forma de admitir la comparación entre Marcelino Camacho y otros personajes como Zapatero, Méndez, Toxo, o Pajín, personajes estos que también levantan el puño como en la fiesta minera de León, pero que sus ambientes están mucho más en los despachos y en las alfombras, en los coches oficiales y en las comilonas. En la progresía.
En tanto que lo cortés no quita lo valiente, ahí va: ¡Salud!.
 |
| foto de elmundo.es |
No hay comentarios:
Publicar un comentario